El agua, su uso industrial

La principal razón que motivó el establecimiento y asentamiento de los molinos hidráulicos en la zona de Alhama, es la disponibilidad de la abundante agua del río Alhama o Marchán.

El agua, la razón de ser de nuestros molinos hidráulicos

Para el aprovechamiento del rio fue necesaria la construcción de una presa de piedra y cemento, levantada en la Ermita de los Ángeles, la cual deriva a un canal de mampostería con algunos trozos construidos en cemento, la acequia. Una cuidadosa inspección de la zona permite descubrir a pocos metros de la primera presa, una segunda presa de menores proporciones cuya finalidad era evitar que las aguas que saltan la primera presa pudiera destruirla. 

La elección del lugar en el que se construye la presa fue objeto de estudio, ya que debía garantizar la inclinación suficiente para garantizar que el agua llegara a los molinos deslizándose por la acequia en dirección a donde estaban los cubos con la cantidad suficiente para hacer funcionar las instalaciones.


Aprovechamiento industrial del agua del río Marchán (Pincha sobre él para ver en mayor tamaño)

Partiendo de la presa, la acequia sigue por la margen izquierda aguas abajo del río, para conducir sucesivamente las aguas, en cantidad aproximada de 560 litros por segundo a las cinco fábricas de Harinas situadas en la Rivera de los Molinos (San Francisco, San Pedro, La Purísima, Santa Teresa y Nuestra Señora del Carmen). Antes de penetrar el agua en la primera fábrica, San Francisco, del trozo de canal comprendido entre la presa y esta fábrica se derivaban aguas para regar tierras de cultivo. 

Una vez en los molinos, el agua proporcionaba primero la fuerza motriz a la fábrica de harinas San Francisco, de ésta pasan por una tubería de hierro a proporcionar igual fuerza a la segunda fábrica (San Pedro). De esta última se devuelve a un canal de mampostería hasta llegar a La Purísima.  

Las aguas penetran a La Purísima por una cámara cuya entrada está cubierta por una reja de hierro que dificulta o impide la entrada de brozas. De allí previo un salto de cinco metros setenta centímetros proporciona fuerza motriz a una turbina que acciona toda la maquinaria industrial. Después de utilizada vierte el agua nuevamente al canal donde sirve para continuar produciendo fuerza motriz a las dos restantes fábricas, sitas en la Ribera de los Molinos.

Entrada de agua a la fábrica
Salida de agua de la fábrica tras mover la turbina
La fábrica de harinas "La Purísima" utilizaba una turbina hidráulica de 75CV de potencia, construida por la empresa Averly de Zaragoza (y cuyo esquema de instalación se muestra a continuación), como fuente de energía. Esta se movía gracias a la corriente de agua procedente del río Alhama.

Proyecto de instalación de la turbina en La Purísima
Turbina


Como curiosidad en este apartado de la web vamos a mencionar otros usos no industriales que se le dio al agua que transitaba por la acequia hacia los molinos: lavado de ropa y recreativo.

Hasta mediados de los años 50 la ciudad no tuvo una red de agua potable para todo el pueblo. Por lo que durante un tiempo fue habitual el uso de la acequia alta como el lavadero público más importante de Alhama. A este lugar acudían mujeres del pueblo a efectuar el lavado de la ropa, lo hacían como una forma más de ganarse la vida. Estas mujeres no solo tenían que lavar a mano la ropa sino transportar los muchos kilos de ropa tajo arriba, tajo abajo. 

Este uso de la acequia como lavadero de ropa ocasionó problemas entre los propietarios de los molinos y terrenos y las mujeres que allí acudían. Destaca un encontronazo que se produjo en 1876, con una duración de bastantes meses y que, al final, consiguió una histórica consideración definitiva de servidumbre para este uso de la acequia alta como lavandero público de la población de Alhama. Pero veamos que fue lo que pasó:

Antonio Navas Pérez, conocido como el "Ratilla" efectuando la limpieza de la acequia por encargo de uno de los propietarios de los molinos, rompió una o dos piedras labradas para el lavado, en las que ejercía su oficio de lavandera Mª Morales García, lo que ocasionó el consiguiente altercado. 

Se denunciaron los hechos y el diez de enero de 1877, se celebró juicio de faltas en el que la señora afectada estuvo representada por su esposo, Antonio Negro Jaramillo. Obteniendo una resolución favorable.

Tras esto, los propietarios de los molinos, ya en febrero de aquel año, mandaron levantar una tapia cerrando el paso a la margen izquierda de la acequia, entrando por los molinos, impidiendo con esto la servidumbre de lavandero público en ese lado.

Aunque continuó usándose la otra margen como lavandero público, el levantamiento de la tapia produjo un gran malestar en toda la ciudad, y sobre todo, entre la multitud de personas de la clase más humilde, las que principalmente usaban esa servidumbre y a las que la tapia les creaba grandes perjuicios. 

La tensión iba creciendo y, a pesar de varios intentos amistosos, los propietarios de los molinos manifestaron su firme decisión de mantener la tapia. Entonces, las mujeres y familias afectadas, así como multitud de vecinos acudieron solicitando amparo y defensa.

En la actualidad, se pueden ver, en el margen derecho de la acequia alta, aún algunas piedras labradas que funcionaron como pilas de lavar. A lo largo del margen del río, a su paso por Alhama, se pueden encontrar 
otras pilas labradas directamente en la roca. Indicar en ese sentido que llegaron a contabilizarse casi medio centenar de pilas. 

Lavanderas de Alhama en la acequia alta (fotografía cedida por Inés Ruiz Rojas al grupo de Facebook "Alhama en Blanco y Negro y a Color" y que aparece en el libro "El Camino de los Ángeles" de Inés Ruiz Molina).

Y para finalizar este apartado, destacar también el uso recreativo que tuvo la acequia alta y los cubos en las décadas de los 70 y 80. En tiempo estival era, junto algunas pozas del rio (el riachuelo, el romance de los maestros, la trucha y el enchinar), el lugar donde los jóvenes de Alhama pasaban sus tardes refrescándose del calor y tomando el sol, y lo que es más importante socializando.

Niños bañándose en el rio Alhama, en el enchinar
(Foto cedida por María Villegas, tomada del grupo de Facebook "Alhama en Blanco y Negro y a Color")