lunes, 17 de marzo de 2025

Lo que pudo haber sido (I)

En el 2003, un alhameño, Manuel Juan García Ruíz, tuvo un sueño. Recuperar la vida que había a nuestro alrededor, devolvernos el esplendor que un día dio harina y sustentó a Alhama y su comarca. Escuché con emoción cómo hablaban de nosotros en aquel artículo publicado en el diario Ideal (puedes leerlo íntegramente en nuestra sección de En Prensa, "El Valle de los Molinos", Diario Ideal, domingo 20 de abril de 2003, páginas 18 y 19). En él se decía que los viejos molinos de los Tajos de Alhama podíamos renacer, que volveríamos a sentir el rumor del agua y las voces de quienes nos dieron vida.

Plano del complejo turístico Valle de los Molinos

Mis hermanos y yo llevamos más de un siglo en este valle, viendo pasar generaciones. Fuimos testigos de esfuerzos, de manos curtidas en la molienda, del aroma del trigo recién molido. Pero con el tiempo, el silencio se hizo nuestro único compañero. El óxido tomó los engranajes, la madera crujió bajo el peso de la soledad, la zarza y la hiedra reclamaron lo que una vez fue nuestro hogar, y por último, el tiempo convirtió a mis hermanos en amasijos de hierro y rocas.  


Vista satelital de los molinos actualmente

“Una simple ojeada desde el pretil pétreo de la calle del pueblo que es mirador sobre el valle de los molinos, nos permite el reconocimiento de un paisaje deslumbrante ¡sublime! ¡no es posible tanta belleza, tanto esplendor, tanta perfección natural a tu alcance! es difícil encontrar palabras de hombres para describir con rigor el escenario cosmogónico del valle de los molinos. ¿Dejarlos como están? … ¡es imposible! ¿qué hacer? That is the question” (tomado literalmente del proyecto presentado al Ayuntamiento).

Vista de parte del Valle de los Molinos

Manuel Juan soñó con convertirnos en algo más que ruinas olvidadas. Soñó con un nuevo propósito, que hacía de nuestro valle un referente turístico y cultural. Y este sueño se materializó en el proyecto sociocultural y turístico “Valle de los Molinos de Alhama de Granada”, de la empresa Leonardo Davinci, Promociones Inmobiliarias S.L., constituida en 1998 (y actualmente extinguida) y de la que Manuel Juan era el gerente. El proyecto fue realizado por el arquitecto Carlos Quintanilla Moreu, y diseñado sobre la base de recuperar las construcciones de los molinos de Alhama, respetando su morfología original, respetando espacios, volumetrías, orientaciones, etc. y permitiendo la comunicación entre las diferentes dependencias con senderos de pavimento blando adornados con setos, plantaciones de monte bajo y arboleda, de manera que el valle se convirtiera en un complejo turístico, respetuoso con la naturaleza.

Planos completos del proyecto Valle de los Molinos

“El proyecto propone: llevar a ese pulmón la vida artesana e intensa que tuvo antes; llevar la ilusión por la paz, la aventura, el ocio, el impulso solidario con el mayor; creatividad, chispa y recursos nuevos que puedan ¡por el derecho que la naturaleza le confirió! situar a Alhama de Granada en un anaquel de privilegio del turismo mundial” (tomado literalmente del proyecto presentado al Ayuntamiento).

Este complejo turístico, de aproximadamente 7000m2 construidos sobre una superficie de 9500m2, que tendría su acceso para vehículos por el Camino del Callejón, contaría con: un hotel de cien habitaciones (3000m2), un restaurante (744m2), una residencia para la tercera edad de treinta habitaciones (1152m2), un albergue juvenil de cuarenta habitaciones (600m2), un aula de la naturaleza (389m2), una piscina, un aparcamiento subterráneo con cien plazas y un lugar para albergar el museo del molino y que contaría con un espacio para la realización de exposiciones temporales (959m2). En el proyecto se indicaba que para la ubicación de este último lugar, La Purísima era el espacio idóneo. La electricidad necesaria para las instalaciones se obtendría de una central hidroeléctrica, que aprovecharía la fuerza hidráulica del río para generar corriente. Además, esta se emplearía para alumbrar los farallones de los tajos y accionar el ascensor panorámico que facilitaría el acceso de los viandantes a la zona desde las Peñas. Pero de esto último hablaré en una próxima entrada.

El coste del proyecto ascendía a 6.974.100 euros, no estando incluidos en dicha cantidad los costes del terreno, técnicos (arquitecto, arquitecto técnico, ingenieros), ni licencia municipal, documentos registrales, notariales… El proyecto estimaba la creación de empleo para alrededor de cien puestos fijos y pretendía ser un referente a nivel europeo por su entorno natural.

El proyecto fue presentado el día 26 de agosto de 2002 en el Excmo. Ayuntamiento de Alhama de Granada, siendo alcalde D. Francisco Escobedo. El proyecto gustó en la Delegación de Medio Ambiente y causó una inmejorable impresión a cuantos lo vieron en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía. 

No me consta ninguna respuesta “oficial” de ninguna de las administraciones mencionadas. En la última comunicación que conozco sobre el estado del proyecto, allá por marzo de 2003, me llamó la atención una despedida que decía: “El futuro de Alhama será diferente, ¡muy diferente!, si somos capaces de hacer realidad el presente”. Claramente, nuestros antepasados no fueron capaces de hacer realidad el presente… y los sueños, como en otras muchas ocasiones, quedaron atrapados en el papel.

La excesiva burocracia para la tramitación de los correspondientes instrumentos urbanísticos ante las diversas Administraciones Públicas, la falta de inversores para obtener la financiación necesaria, la codicia de algunos de los propietarios en el precio de venta de su propiedad, la desconfianza de los alhameños —que no acogieron con entusiasmo la idea— siempre con temor a lo diferente, la poca ilusión de los políticos y gobernantes locales en el proyecto, en vista de la acogida por parte del pueblo (en mayo habría elecciones municipales) no siendo lo que demandaba el impulsor del proyecto: “el más firme pilar de apoyo para los planes de proyección de Alhama en el universo turístico-económico-cultural que por derecho le corresponde”. Todo ello hizo que aquel proyecto, que tanto nos ilusionó a mí y a mis compañeros, se quedara en eso, en solo un sueño…

Y, mientras tanto, uno tras otro, mis compañeros han ido cayendo, y yo sigo aquí, esperando que algún otro sueño se haga realidad. Eso sí, intento ser, de manera humilde y modesta, lo que soñaron que sería: un museo con un espacio dedicado a la realización de exposiciones temporales.


Manuel Juan García Ruíz

Manuel Juan García Ruíz, estudió Arquitectura Técnica en la Universidad de Granada y profesionalmente ejerció como Jefe de Obras, entre otras, en el Hotel de Golf (Marbella), Colegios Monaita y Mulhacén (Granada), Museo Nacional Arte Romano (Mérida), Faro de Puerto Sherry (Puerto de Santa María), Auditorio Manuel de Falla (Granada), Parlamento de Extremadura (Mérida), Instituto Zaidín Vergeles (Granada), Palacio de Deportes (Granada), Puentes sobre los ríos Guadiel (Linares) y Búrdalo y Burdalillo (Cáceres), etc. Pero su gran obra, lamentablemente se quedó sin realizar: el Valle de los Molinos de Alhama de Granada. En 2023 su trayectoria fue reconocida, recibiendo el premio "Alhameño de Año" que otorga el Patronato de Estudios Alhameños.

Carlos Quintanilla Moreu es un arquitecto con una amplia trayectoria en los campos de la arquitectura, el urbanismo y la rehabilitación de edificios desde 1980. Es titular de su propio estudio, Quintect Arquitectura y Urbanismo S.L., ubicado en Plaza Carretas 4, Bajo, 18009 Granada. Además de su práctica profesional, ha ejercido como profesor asociado en el Departamento de Expresión Gráfica en la Arquitectura y la Ingeniería de la Universidad de Granada en distintos periodos desde 1994.


 

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