A veces mis jóvenes amigos, esos que me cuidan y de los que ya te he hablado en otras ocasiones, me cuentan cosas de su vida diaria. A mí me gusta escucharlos hablar de sus problemas y sus alegrías, ¡qué inocencia! El otro día me contaban cómo estudian y aprenden las materias en la actualidad, y cómo lo sentían, en ocasiones, distante de la realidad cotidiana.
Ellos me comentaban que se debería poner en marcha, en los centros educativos, iniciativas que conectaran la teoría con la práctica de una forma auténtica para propiciar un aprendizaje significativo. Un claro ejemplo de esto lo encontramos en la experiencia llevada a cabo por el alumnado de la asignatura de la asignatura de Patrimonio Cultural y Artístico de Andalucía de Primero de Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales del IES Alhama. Estos alumnos han trabajando en un proyecto de investigación sobre la importancia de la Iglesia de la Encarnación de Alhama. Y ese estudio les ha permitido entender la importancia de nuestra iglesia en todos los niveles: histórico, arquitectónico y sentimental. Y digo entender, porque no han podido visitarla, y muchos de ellos no la conocen por dentro. Recordemos que lleva cerrada más de 6 años (casi 7) por riesgo de derrumbe. Este estudio además les ha hecho alzar la voz y pedir a las autoridades responsables que pongan en marcha las actuaciones necesarias para la conservación de nuestro patrimonio. Si no lo has hecho te recomiendo la lectura de su comunicado "La Juventud de Alhama en pie por su Patrimonio" publicado en Ideal en Clase el día 4 de abril. Desde aquí damos la enhorabuena a la profesora Inma Navarro y ese alumnado por tan excelente iniciativa.
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Alumnado de la asignatura de Patrimonio Cultural y Artístico de Andalucía del IES Alhama |
Otro ejemplo son las visitas escolares que yo recibo. Como lugar cargado de historia y tradición, intento ofrecer a los que me visitan una lección única a los más pequeños... y no tan pequeños. Recientemente, recibí a un grupo de escolares del Colegio Conde de Tendillas que vinieron a conocerme y a descubrir los oficios y trabajos que se realizaban en mi interior. Entre ellos estaba nuestro Daniel, ¡qué alegría recibirte a ti y a tus amigos y amigas! ¡Gracias a sus maestras Charo y Nico por hacer este tipo de aprendizajes! Estos momentos son más que simples visitas turísticas; son experiencias educativas donde la historia, la cultura y el aprendizaje se entrelazan de una manera que las clases tradicionales no siempre pueden lograr. ¡Qué me gusta que me conozcan y explicarles cosas de mi funcionamiento!
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Alumnos y alumnas del Colegio Conde de Tendida |
Cuando los estudiantes visitan un monumento o un espacio cargado de historia, su aprendizaje cobra un valor que no se puede medir solo en términos de fechas o datos. La conexión directa con los objetos, las máquinas, las herramientas y, sobre todo, con las personas que han vivido o conocen esa historia, crea una experiencia sensorial y emocional que no se olvida fácilmente. Vincular los contenidos académicos con lugares cercanos, como es mi caso, la Fca. de Harinas La Purísima, hacen que el estudio de la historia, la geografía o las ciencias sociales sea una experiencia mucho más rica y significativa. La emoción de ver en vivo algo que antes solo conocían a través de libros o videos, les permite comprender de una manera más profunda. Además, estas experiencias refuerzan el respeto por nuestras raíces culturales y fomentan el interés por preservar esos lugares para las futuras generaciones.
Al involucrar a los más jóvenes en la visita y en la preservación de estos lugares, estamos ayudando a sembrar una semilla de responsabilidad que contribuirá a la conservación del patrimonio cultural a largo plazo. No se trata solo de admirar un monumento, sino de entender la importancia de su preservación para las generaciones futuras. A través de estas experiencias educativas, los estudiantes no solo aprenden sobre el pasado, sino que también se sienten parte activa del presente. Son ellos los encargados de cuidar y proteger lo que hoy parece tan cercano, para que mañana sigan siendo testigos de un legado invaluable.
Gracias a este tipo de experiencias, hoy en día, tenemos acceso a documentos, trabajos académicos de asignaturas, realizadas por jóvenes alhameños que escucharon las historias de personas mayores que vivieron la evolución de los molinos o que trabajaron en él, y que lamentablemente ya hoy no están entre nosotros. Estas voces del pasado aportaron detalles sobre el funcionamiento de las máquinas o los procesos de antaño, y nos permiten conocer, hoy, una perspectiva valiosa sobre cómo ha cambiado la vida en nuestra comunidad a lo largo de los años. Los testimonios de los mayores no solo son recuerdos personales, sino una fuente de conocimiento vital para la conservación del patrimonio. A menudo, sus relatos ofrecen detalles que no se encuentran en los libros, permitiéndonos comprender las tradiciones y costumbres de una manera mucho más rica y matizada. Escuchar sus vivencias es una forma de preservar no solo los monumentos, sino también las historias que dan vida a esos espacios.
Sobre los molinos tenemos dos trabajos, que han sido muy útiles para dar a conocer mi historia y la de los molinos de Alhama de Granada. El primero es "Riquezas Perdidas" realizado por Mª del Pilar Pérez Crespo, trabajo en el que entrevistó, entre otros, a Emilio Fernández, propietario del molino Nuestra Señora del Carmen. El segundo es "La Purísima Fábrica de Harinas" realizado por Encarnación Luzón Fernández, Rosario Castillo Pérez y Francisca Varón Alarcón, trabajo en el que se entrevistaron a Juan Castro, centrándose en una servidora, la Fca. de Harinas La Purísima.
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Instantáneas de dos trabajos del ayer que enriquecieron el hoy |
La Fca. de Harinas la Purísima, este proyecto, no solo es una cuestión de conservación material o de transmisión de conocimiento, sino también un mecanismo para conectar a los más jóvenes con las generaciones anteriores, creamos un puente intergeneracional que favorece la comprensión y el respeto mutuo. Los mayores tienen mucho que enseñar, y los jóvenes, con su energía y entusiasmo, pueden revitalizar las tradiciones y asegurar que la historia no se pierda con el tiempo.
Por ello, quedemos animar a la comunidad educativa de Alhama a que nos visite, cada monumento o espacio natural es una oportunidad para recordar que el aprendizaje no solo sucede en las aulas, sino también en el corazón de la comunidad, donde el pasado y el presente se encuentran para formar el futuro. ¡Fomentemos las visitas culturales a nuestros monumentos y las relaciones con nuestros mayores para la adquisición conocimiento!